Thursday, December 15, 2011

Mujeres que quieren ser escuchadas

Las Troyanas es una tragedia de Eurípides, en la cual estamos frente a las mujeres más importantes de Troya: Hécuba, Casandra, Andrómaca y Helena, que aunque no es de Troya, es también de las más importantes en el término de la guerra que se desató por ella. En esta tragedia conocemos cuál es el destino de cada una de estas mujeres que aún viven. Al mismo tiempo que sucede esto, escuchamos sus lamentos y cuáles son las cosas que tienen que decir sobre su vida.

Clitemnestra o el crimen es un cuento de Marguerite Yourcenar, donde observamos desde una mente contemporánea, cuál pudo haber sido el discurso de defensa de Clitemnestra después de haber matado a Agamenón, su esposo.

Ambas obras tratan sobre lo que las mujeres tienen que decir. Pueda que no vayan a ser escuchadas o tomadas en cuenta, pero esto no significa que no quieran hablar sobre lo que está sucediendo. Aunque ambas obras son de diferentes épocas, tienen bastantes similitudes en algunos aspectos, para analizar esto usaré la transtextualidad que hay entre los dos textos.

La primera obra que se nos viene a la cabeza cuando escuchamos “Clitemnestra o el crimen” es Agamenón, puesto que muchos la recordamos como la protagonista de esta obra. En esta medida, el texto de Yourcenar habla de una paratextualidad al tener de título el nombre de la esposa de Agamenón. Más allá de eso, la transtextualidad que guarda con esta obra es evidente. Sin embargo, el análisis que haré será con Las troyanas de Eurípides.

En la relación que hay entre las dos obras, Las troyanas es lo que se consideraría el hipotexto, ya que fue escrito antes, y Clitemnestra o el crimen, el hipertexto. Sería, además, una relación de imitación seria, puesto que el estilo de Yourcenar en el que escuchamos a Clitemenestra hablando de su triste incidente se parece al que Eurípides usa para que sus propios personajes se expresen:

Voy a explicarles señores jueces.... Tengo ante mí innumerables órbitas de ojos; líneas circulares de manos puestas en las rodillas, de pies descalzos descansando en la piedra, de pupilas fijas de donde mana la mirada, de bocas cerradas donde el silencio madura un juicio. Tengo ante mí audiencias de piedra. Maté a aquel hombre con un cuchillo, dentro de la bañera, con ayuda de mi miserable amante que ni siquiera era capaz de sujetarle los pies.”[1]

Eurípides vivió en una época que enfrentaba desengaños, una en la cual el hombre empezó a preguntarse quién era realmente. Es por esto que los personajes de Eurípides, de cierta forma, han perdido la esperanza en la raza humana. Es por esto que las mujeres muestran su pesimismo y una total falta de esperanza, además de que es racionalista.[2] Estos hechos pasan también a Clitemnestra o el crimen.

Los motivos que se presentan en Clitemenestra o el crimen son literarios, puesto que ha decidido tomar otro personaje de la literatura clásica, uno que no está presente en Las troyanas y hacerlo confesar de igual forma que las mujeres de esa obra. Es como si los temas y los personajes migraran hacia otra obra, la de Yourcenar.

El motivo de la obra, esta confesión, es renovado por Yourcenar, por lo que hay una remotivación. Es decir, se habla sobre una Clitemnestra que tiene sus propios pensamientos y sentimientos, mucho más allá de como siempre ha sido juzgada: como la asesina de su esposo. Aquí observamos otros motivos que pudieron haberla llevado a este crimen. Lo maravilloso de la literatura es que permite explorar todas las razones por las cuales un personaje podría hacer algo y es curioso como esta autora hace que las razones de Clitemnestra sean el amor que sentía por Agamenón y los celos que ella siente cuando sabe que él está probablemente con otras mujeres. De hecho, Clitemnestra se decide a matarlo en el momento que aparece con Casandra. El motivo que se da en Agamenón es diferente al explorado por Yourcenar, puesto que en el libro de Esquilo se menciona que Clitemnestra decide vengarse de Agamenón por haber sacrificado a su hija. En Clitemnestra o el crimen, se menciona esto, pero Clitemnestra dice que a penas le molestó, porque ella soportaba todo por haber estado con este hombre, Agamenón, al que ella considera único.

Los valores de Clitemnestra como personaje de Yourcenar sufren una transvaloración respecto a Agamenón. Esto se da porque cambian de la sed de justicia presentada en esta obra a los celos que el amor por este hombre causan. Los valores de Clitemnestra respecto a los valores de las mujeres que se presentan en las troyanas también son transvalorados, ya que en la obra Las troyanas, escuchamos como Andrómaca habla un momento sobre como para ella es detestable abandonar al primer amado por alguien más:

Y si me olvido de mi amado Héctor y abro mi corazón a mi nuevo esposo, creerán que le falto; si, al contrario, le aborrezco, me odiarán mis dueños. Verdad es que, según dice, basta una sola noche para que la mujer deponga su odio en el lecho conyugal; mas yo detesto a la que pierde a su primer amante y ama pronto a otro”[3]

La Clitemnestra de Yourcenar, aunque también siente mucho cariño por su esposo, se siente traicionada, puesto que él la ha abandonado y no parece preocuparse de ella. Además, como sabe que su esposo está también con otras mujeres, a ella no le parece mal estar con Egisto; especialmente, porque ella no siente nada por él y siente que está jugando y usando a Egisto. Además, Clitemnestra nunca se detiene a pensar si el asesinato que está a punto de cometer es algo malo o bueno. La reflexión sobre esto, más bien la hace después, cuando tiene que hablar frente a los jueces. Para las troyanas, esto era quizá imperdonable. Durante la obra hablan con tanto respeto de sus esposos que sería muy difícil lograr que una de estas mujeres se rebelara contra uno; es más, hay un momento en el que Andrómaca habla de cuanto no le importó renunciar a salir a la calle al estar con Héctor:

“Yo, en el palacio de Héctor, cumplía las santas obligaciones propias de mi estado. En primer lugar, como mancilla la buena fama de las mujeres no estar en su casa, renuncié a salir, y vivía encerrada en ella; no me agradaba el trato de amigas elegantes, mi única maestra era mi conciencia”[4]

En el caso de Clitemnestra o el crimen se pude observar también que Marguerite Yourcenar hace una transdiegesización, puesto que hay elementos que combinan las dos épocas. En primer lugar, nos enfrentamos a un tiempo en el que Troya seguía existiendo, pero está ambientado en un lugar donde ya existían jueces, policías y prisiones, que son cosas que aparecieron después de cuando ocurre el hipotexto. Asimismo, en este relato también podemos encontrar un cambio total de género respecto a Las troyanas. Las troyanas es una tragedia clásica, mientras que Clitemnestra o el crimen es un cuento contemporáneo. La focalización entre estas dos obras también es diferente. Es decir, hay una heterofocalización. Mientras que en Las troyanas nos enfocamos en las mujeres famosas de Troya y observamos a Talbitio entrar de rato en rato para traer las noticias de los aqueos, en Clitemnestra o el Crimen la focalización recae absolutamente en Clitemnestra y en lo que ella piensa, en lo que ella hizo, en como ella reflexiona sobre lo que la llevó a estar parada frente a estos jueces que nosotros solo sabemos que existen, porque ella los nombra.

A pesar de que yo he hecho este trabajo con dos obras que están íntimamente relacionadas, lo cierto es que la transtextualidad puede encontrarse en obras que la mayoría de personas ni siquiera se imaginan. Esto se da, porque los clásicos encierran la mayoría de cosas que los humanos aun quieren escribir. La mayoría de escritores, por lo menos los reconocidos, han leído los clásicos y saben que casi todos los temas que topen están ya nombrados en otro lugar y saben donde están nombrados. Es decir, que para comprender mejor la sociedad en la que vivimos, lo que vemos en la televisión y lo que leemos, sería mejor leer primero los clásicos. Al menos, para las personas que vivimos en el mundo occidental. Las cosas serían más claras si es que nos diéramos el tiempo para leer estos libros en los que ya se trató los temas fundamentales de los que aún se siguen hablando.



[1] Marguerite Yourcenar, Clitemnestra o el Crimen, Apocatastasis.com: Literatura y Contenidos Seleccionados, http://www.apocatastasis.com/marguerite-yourcenar-clitemnestra-crimen.php#axzz1gLyfwSLu

[2] Anónimo, “El origen de la tragedia griega | Características Prometeo encadenado | Troyanas | Edipo Rey”, 14/12/201, http://www.ciudadseva.com/textos/estudios/edipo/edipo02.htm

[3] Eurípides, Las troyanas, versión PDF, p. 25.

[4] Ibid, p. 24.

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